lunes, 29 de noviembre de 2010

Cosas que hacer en lugar de estudiar

Es increíble la motivación repentina que me surge en situaciones críticas como ésta, cuando tengo que estudiar y no puedo porque algo desconocido dentro de mí me dice que debo hacer algo más importante. Como estar escribiendo ESTE post.

He aquí un listado de las diversas facetas que descubro sobre mí misma y las tareas (aparentemente) imprescindibles que  debo hacer antes de ponerme a estudiar:

Faceta madre. Ordenar la habitación. Pero no por encima, a saco. Incluso guardando la ropa en el armario y todo. Día sí día también es normal convivir con el desorden, pero no hoy. El desorden me distrae.
No el mismo día pero sí cercano al examen, me desconcierta el desorden de los sitios comunes como el del comedor. Es momento de ordenar. También de poner lavadoras (ojo esta es doble, luego hay que tender).

Faceta higiénico-corporal. He perdido la cuenta de la última vez que me depilé las piernas, pero de repente me molesta ver esas piernas peludas. Para las cejas nunca encuentro esos 5 minutos de dedicación: Ahora es el momento. Tampoco puedo escribir con las uñas largas (ni la de los pies).

Faceta culinaria: nunca en la vida he dedicado más de 10 minutos (que es lo que tarda en hervir la pasta/arroz) a cocinar. Pa' qué? Bueno ahora más que nunca es el momento de buscar recetas por Internet (ojo, Facebook) y releer las recetas de tu madre. Me planteo seriamente ser chef.

Faceta responsable. Nunca se cumplen las rotas de limpieza en el piso, pero esa semana a rajatabla. Después de comer los platos se friegan ipso facto.

Faceta drogadicta. Puedo estar 2 días seguidos sin fumar y no darme cuenta, pero ahora necesito fumar (ojo hay que liar los cigarros).

Faceta obseso-alimenticia. Siempre tengo hambre.

Faceta amistosa. Es momento de ir a visitar a tus compañeros de piso. ¿Estarán estudiando? Me da igual.

Faceta cibernética. ¿Ha creado el ser humano mayor distracción posible que Internet para la vida del estudiante? La respuesta, querido amigo cibernético, es no: Facebook. Mirar el correo en gmail. Facebook. Enchufar Spotify. Facebook. Leer noticias en elpais. Facebook. Leer más artículos al azar. Facebook. Leer mis Blogs. Facebook. ¿Qué ha sido de aquel blog? ¿Por qué lo dejé de visitar? Es momento de visitarlo. Facebook. Mirar la 1ª y 2ª división en Marca.es. Facebook. Mirar películas en Filmaffinity. Facebook. Buscar algo en Wikipedia. Facebook. Mirar cuanto dinero tengo en el banco. Facebook. Buscar alguna palabra en Wordreference. Facebook. Y la lista continúa. Aquí descubro más facetas reunidas: faceta intelectual, la cotilla...

Después de todas estas facetas es normal que me sienta mal por no haber hecho nada. De modo que se empiezan a acumular un montón de tareas pendientes en mi cabeza. Me propongo hacerlas justo el día después del examen. ¡Y qué ganas de que llegue el día!

Por ejemplo: ir al centro a comprar X, ir al postoffice, comprar comida, aspirar la habitación, planear un viaje, escribir los millones de e-mails pendientes, emborracharte hasta volver a gatas, tener cientos de ideas para escribir cientos de posts.

Llega el momento después del examen. Reboso de libertad pero disminuye el nivel de motivación de algunas facetas. Vuelvo a casa, me hago un sándwich lo más rápido posible, enchufo el ordenador: Spotify, gmail. Facebook. Ni si quiera me fumo un cigarro, siempre me ha dado perro liar...