martes, 17 de febrero de 2009

Good job

Bueno, os voy a ir comentando un poco los curros que hemos tenido.


Hasta hoy, hemos trabajado 4 días.


El primero fue el jueves 5, de camarera en un evento de no se que de ciencias. Escoceses muy mudados y con faldas escocesas. Mucha gente, mucho camarero, mucha comida..., o sea, mucha faena. 700 invitados... con sus 700 vasos, cubiertos, platos, tazas de café, etc etc etc. Recogimos hasta las sillas. Muy duro, oye.


Luego trabajamos ese domingo, que estuvimos en un partido de rugby (pero no os flipeis, estábamos fuera del estadio y no vimos nada). Habían un puñao de carpas de estas con comida y bebida. Fish & chips, hamburguesas, bocadillos etc. Y también había una enorme en la que servían solo bebida. En principio nos pusieron allí de camareras. De puta madre: sirviendo pintas, vino y poco mas. Parecía bastante fácil. Pero justo 2 minutos antes de empezar a servir, nos viene una manager que necesitaba a 4 personas para las carpas de comida. ¡Que mal!, -pensé-. Pero bueno, ya habían enganchado a Bea, a una alemana y a otra que no hablaba. Yo también fui la elegida.


Nota: Nuestro puto uniforme se componía de una camiseta (eso si de manga larga) y ya esta. Creo recordar que llevaba camiseta interior. Bueno, pues no se si sabéis que aquí hace un poco de RASCA y llevando solo eso a un español del este el frío le parece el puto polo norte.


Sigamos. La manager en cuestión nos lleva a otro tipet para que nos indique a donde teníamos que ir a currar. Este tipet tenia todas las pintas de ser un autentico feriante: chándal, camiseta de Manga Corta con agujero incluido en su manga izquierda; pendiente en la oreja y poco limpio aparentemente. Ni puta idea de a donde tenia que ir. Tras dar no una sino dos vueltas al estadio de rugby preguntando en caseta si, caseta no si era la nuestra, dio con la mía. Here it is! Caseta de hamburguesas y patatas fritas. Me metí corriendo... Pero me lo pensé muy bien: gente gritando y trabajando en un pasillo de un metro de ancho. Mmm ¡esto prometía! allí subida con todo escoceses pidiendo hamburguesas me empecé a acojonar. ¿he dicho acojonar? ¡Mas bien empecé a encoger! Me asuste cuando vi que había olvidado quitarme el anillo y el reloj (no se puede trabajar con pulseras ni nada) pero alli nadie me dijo nada. Se acerca una tipeta y me dice si se contar dinero. Joder... contar si se... (eso no lo dije). Really? –me dijo- entonces empecé a tener mis dudas, pero Yes, yes, I think so! –le dije- la tipeta me empezó a explicar a toda maquina los precios, los tamaños, los distintos productos etc. La tipeta tenia prisa. Ya había gente pidiendo y tal, así que cuando le pregunte un par de cosas se dio cuenta de que no era muy util... y me dijo que fuera poniendo las patatas fritas en las bolsas. Pues nada, eso hice. Cogia patatas y las ponía. Cogia patatas y las ponía. Era fácil. Pero por lo visto no ponía suficientes patatas fritas en las bolsas!! Joder hasta lo mas sencillo lo hacia mal. No le veia mucho sentido a eso porque muchas se caían pero en fin, este es mi curro. Eso es lo que pensaba, pero en menos de 15 me cambian de caseta.


A este paso me hago coleguis de todos los feriantes. Un tipet me llevo a otra caseta que era de bocadillos vegetales y bocadillos con una carne asada rara. También habían cafés, tes y cosas por el estilo. Cuando subí allí ya había peña gritando. Volví a pensar en lo de los anillos, pero cuando subí y no me dieron guantes y ni tan siguiera me dijeron que me lavara las manos... pues con eso me lo dijeron todo. O sea, que si yo acabo de llegar de mear y luego voy y me limpio las manos con arena, allí nadie me iba a decir nada. Eso esta bien oye ¡sin agobios! Pero fue peor cuando vi las Pedazo Uñas Guarrisimas de la escocesa marginada que curraba allí (marginada, pero me pusieron con ella). Además no paraba de sorberse los mocos (se que es desagradable, pero es que quiero que os pongáis en mi piel...)


Mi curro era sencillo: hacer lo que la abuela me mandara.

- ¡Friega el suelo! (Y limpio el suelo)

- ¡Saca el pan! (Y saco el pan).

- ¡Limpia la mesa! (Y limpio la mesa)

- ¡Haz ensalada! ¿hacer ensalada? Pero tía, si ni si quiera me has dicho tu nombre, ¿cómo coño se donde están todas las cosas? Yo se lo preguntaba a la escocesa-guarra-garrula. Que cada vez que le preguntaba algo me respondía con un: eh? ¡Colega pero tu eres escocesa o que idioma hablas! (era escocesa pura y dura, con sus Aye –en lugar de yes- y ese incomprensible acento, que mas bien parece un código secreto que tienen los escoceses entre ellos).


Sigamos. La jerarquía era la siguiente:

1- La tipeta estaba margi, atrás, como yo. Que entiendo perfectamente que no la tuvieran atendiendo a la peña porque es que si le veías ese careto, las uñas y le sumabas el pelacho mal recogido y guarro, pues ahí no compraba ni God.

2- Atendiendo a la peña habían dos tipetas jovenzuelas,

3- Y los que manejaban el cotarro eran: la abuela mandona gritona, que esa era Dios; mandaba y gritaba a todos; el que parecía ser su marido (que era el que freía la carne), y luego otra tipeta gorda antipática que no se si seria la hija o alguna parienta o que, pero iba en plan: voy sobrada en mi curro y a lo mejor algún día heredo este negocio. ¿Perdona? Pero estas en una mierda de caseta oliendo a fritanga todo el día, ¡no puedes fardar de eso!

Me voy por los cerros de Úbeda. Ensalada. La guarra me dijo donde guardaban las verduras. Tomate, lechuga y pepino. Por supuesto no me detuve a preguntarle a la abuela como quería que se lo cortara, porque era momento apogeo de gente y en aquel momento era Preguntar Y Morir. Yo a lo mío, cortando y tal. Luego cense con que instrumento tenia que remover la ensalada, pero la respuesta fue obvia al ver que mi compi la removía con la mano. ¡Piensa, Paula, piensa! Esto no es el Royal.


El marido era bastante majo. Siempre sonreía cuando le miraba. Además después de hacer la ensalada se acerco y me dijo: Good job. Sentí una gran satisfacción al oir esas palabras tan sinceras y amables. ¡Era mi único amigo en aquel antro! jaja


Conforme miraba el reloj parecía que el tiempo... iba a decir se detuviera, pero mas bien parecía estar retrocediendo! No pasaban las horas... tenia muchas ganas de acabar. Además las ultimas horas del curro me di cuenta que mi cara llevaba mucho rato con un mismo gesto: cara de asco. Imaginadme a mi con cara de asco. Pues esa era mi cara en mi curro durante horas. ¡Pero juro que no lo hacia aposta! Cuando me daba cuenta la estaba haciendo sin querer. Era irremediable. Salía sola.


Mientras iba haciendo ensaladas y movidas, estaba pensando en lo bien que estaría Laura sirviendo esas pintas... ¡tan limpia! ¡Con gente normal! Quería llorar. El único consuelo que tenia era pensar en Bea. ¿dónde estará? Seguro que en una caseta mejor y mas limpia que la mía, ¡eso sin duda!


Hubo un momento en que se cayo el agua del cubo de fregar al suelo y la abuela se puso a gritar que alguien fregara. La margi empieza a fregar y yo miro. La abuela me mira y me grita que friegue el suelo! I don’t have mop!! Le suelto convencida de que mi respuesta le hará recapacitar. Pero no, me señala un trapo para que limpie el suelo con eso. El mismo trapo con el que había estado limpiando la mesa y gran parte de utensilios. El mismo trapo que Después utilizare para limpiar los cacharros, como los cubiertos, platos, envases... si, si. Ladys & gentleman, no hay que comprar en esos sitios. ¡A la mierda con el pequeño negocio!

Por cierto la caseta en cuestión, tenia grifo pero no tenia agua. ¿para que sirve un grifo sin agua? Pues para nada. El único agua disponible era un cacharro enorme que tenían colgando y del cual el agua salía hirviendo. Tengo que confesar que limpiamos todos los cacharros de esa caseta con esa agua roñosa y con el trapo de antes. Me quería morir. Nunca en mi vida he tenido tanto asco tantas horas seguidas.


Al terminar, solo quería ir a por mi chaqueta (bueno y al wc) y abrazar a alguna de mis compatriotas.

Por suerte, cuando me encontré con Bea me di cuenta que tenia el mismo careto que yo. En menos de un minuto de conversación me dijo que la dueña de su caseta, para comprobar si la hamburguesa estaba caliente metía una de sus uñas largas y asquerosas. Suspire. Me sentí aliviada.


Y otro día el resto.

Estamos vivas

Nuestro primer día empezó a las 9h de la mañana. Tras despedirnos de nuestros respectivos familiares en la estación (algunos con más lágrimas en los ojos que otros), pillamos el tren para Alicante. Una vez allí, vamos a la supuesta parada del bus que nos llevará al aeropuerto. Justo en ese momento me di cuenta que mi madre y yo cometimos un terrible error: coger una bolsa de mano sin ruedas. La bolsa en cuestión es de color beige, para que os hagáis una idea. No es ni muy grande ni muy pequeña y tiene dos asas. Peso máximo: 10 kg (portátil incluido). Bien, a partir de este momento la llamaré la puta bolsa infernal, para acostumbraros. Sumemos a este incómodo peso una maleta de ruedas de 15 kg y una super chaqueta invernal a lo esquimal.
Laura y Bea van como unos 20 metros delante mía. Con sus asquerosamente cómodas bolsas de mano con ruedecitas.

En el aeropuerto alicantino dijimos de facturar cuanto antes así poder comer algo con tranquilidad.
RYANAIR. EDINBURGH. Este era nuestro check in.

Primera en facturar: yo
Peso:
15 kg maleta para facturar
10 kg la puta bolsa infernal (de mano)
1 mochilita
La tipeta me dice que la puta bolsa infernal parece que supera las medidas máximas para ello: 55x40x20. Mal rollo. Empieza nuestra odisea.

Segunda en facturar: Bea
Peso:
16 kg maleta para facturar
10 kg bolsa de mano
1 bolso

Última en facturar: Laura
Peso:
13 kg maleta para facturar (común para las 3)
10 kg bolsa de mano

Laura ha sido la última en facturar porque se había tenido que meter en la bolsa de mano su bolso, porque sólo podíamos llevar un bulto al avión. bea y yo pasamos. Pero para que a Laura le cupiera dentro, quitó 5 sudaderas y se las ató en la cintura. ¡cinco!
Dado que había sobrado espacio en la maleta común, nos las tuvimos que ingeniar para poder meter algunas cosas mías en esa maleta. Quité la funda del portátil y la puse en la maleta. El portátil en la bolsa de Bea. Arreglado. Un par de cosas más de Laura sin importancia (es decir, peso) y listo.
Vuelve a poner la maleta para facturar y pone: 17 kg.

NOTA: Aquellos que tengan portátil sabrán que una funda vacía no puede pesar más de 1 kg. De hecho no llega a esa cifra, por lo tanto era imposible que hubieran subido 4 kg por las paridas que pusimos.
No os voy a entrar en detalles y aburrir de los numerosos intercambios que realizamos entre todas las bolsas para que funcionara aquel plan. La cuestión es que estuvimos tres cuartos de hora con las chaquetas invernales por el suelo, sudadas y desperdigando trastos nuestros por el aeropuerto (pasaporte y cartera de Laura incluido).

Mientras transcurría todo esto, una chica se nos acercó y nos preguntó si había movida con las maletas y tal. Afirmativo. Ella nos dijo que había pagado 75 € por los kilos que excedían. ¡Qué maja! –pensé-

Además, los simpáticos de Ryanair tienen una especie de caja junto al check in con las supuestas medidas exactas para la bolsa de mano. Así que cada cosa que quitábamos y poníamos, teníamos que meter la bolsa de mano en la caja en cuestión. No sé cómo lo conseguimos, pero lo conseguimos. Forzamos al máximo las sudaderas en las cinturas y más aún las bolsas dentro de esas cajas. Cuando por fin entraron, nos piramos. Faltaban 20 minutos para embarcar. Un bocadillo a lo furcia y a la cola.
La cola fue eterna. Porque nos enteramos de que iban poniendo bolsa por bolsa en la cajita esa de los cojones. Yo no podía estar más de mala ostia, pero por suerte cuando llegamos nosotras no ponían las bolsas ya.
En el avión pusimos las bolsas lo más rápido posible en el maletero para que no nos dijeran nada las azafatas. Más agobio imposible, la gente sudada, asquerosa y gente tosiendo, entre otros.

Cuando llegamos a Edimburgo, como nos parecía poco todo lo anteriormente mencionado, decidimos andar unos cuantos kilómetros de más antes de llegar al albergue. Cuestas arriba, cuestas abajo, calle a la derecha, calle a la izquierda... ¡es por aquí!. ¡no, no, por aquí! Os recuerdo que llevo la puta bolsa infernal que se iba cayendo cada 5x3. Finalmente, al cabo de 1 hora encontramos el albergue. Pero no todo acaba ahí.
El tipet nos dio la llave. House 4. Door 1. Room 3. Yes, yes yes... le dije yo. En plan... venga quiero entrar ya! (mucho caso le hice, tanto que me entré a la sala de ordenadores de al lado). Vamos a la casa 4. joder... la habitación 3 no la encontramos, abajo sólo está la 1 y 2...y con nuestra llave no podemos abrir. Bea sube casi 2 pisos y dice que está arriba. Puerta 3. jodeeeer! Subir 2 pisos con estas maletas, ¿pero esto qué es?
Subimos todas las maletas. Intentamos abrir y no podemos. En realidad nos damos cuenta que tiene que poner puerta 1... ¡así que a volver a bajar! ¿qué broma es esta? Pensé yo. Por lo visto, entre otras cosas, Gran Bretaña abre algunas puertas del revés. Girando la llave hacia la izquierda. Dish.
Nuestra habitación es de 8 personas. Hay 2 españolas (una catalana y una de León) aunque un rato vacilonas, y un polaco que parece que no se haya duchado en 2 semanas (aunque en realidad sí, porque luego me enteré de que les pedía el secador a las españolas.
Lo último que nos apetecía era salir a la calle, pero algo teníamos que cenar. Así que fuimos al Lidel más cercano y pillamos lo básico para desayunar y cenar.

Al día siguiente nuestra leche estaba empezada. Wow! La cocina más asco no puede dar... y para más inri a primera hora de la mañana en la cocina hay un irlandés durmiendo. Pero no acostado en el suelo ni nada, no. Apoyada la cabeza en la mesa, pero sólo la cabeza, las manos en las piernas. Fue bastante cómico. Aunque al cabo de unos días nos dimos cuenta de que era un auténtico alcohólico. Bebía todos los días, a todas horas. Sólo dormía cuando tenía resaca o estaba borracho y el resto se pasaba bebiendo.

Había otro polaco que era muy tranquilo y bastante majo. Aparentemente más limpio.

Otro personajillo del albergue que vino más tarde fue Shean, otro irlandés. Este no era tan alcohólico ni tan pavo, pero roncaba como un puto cerdo. Ya nos advirtió de que roncaba, pero joder, ¿tanto? La primera noche que durmió con Bea y conmigo (Laura no estaba esa noche) habían 4 chinos más y el polaco limpio. Empezó a roncar a saco, a niveles auditivos impensables. A las 6h de la mañana Bea y yo flipando. Yo empiezo a hacer el típico sonido de llamamiento cabril para que pare (que con mi abuela funciona) pero él ni se inmuta. Qué coño, si no se oye a él mismo ¿qué va a oir mi sonido cabril? Me levanté y le moví con la pierna para que se despertara, pero no funcionaba nada. El chino que dormía encima suyo no paraba de pegar puñetazos a la cama. Flipante. Pero no se quejaban los cabrones, qué clase tenían. Bea y yo no parábamos de reirnos y de quejarnos. Ella la cabrona se puso música. Yo quería dormir. A las 7h me volví a despertar. Hice lo mismo que antes y nada. Voy hasta el wc y todo. Me vuelvo a dormir no sé cómo coño y a las 8h otra vez. Me despierto de una mala ostia increíble y casi lanzo la sábana a tomar viento. Voy hacia él y le pego patadas al hombre. Le digo: you are making noise all the fucking night! Y oigo un ligero y tímido: sorry... me sentí mal, pero después. El tipet paró de roncar momentáneamente y dormimos de nuevo. Un show.

Mejor fue la noche que estuvo Laura. Le advertimos de los ronquidos exageradamente. Esa noche, se despertó y dijo: va! ¿cómo puede roncar tanto? Y decía: eh you!! Youuu!! Stop!! Go to sleep to the kitchen!
El polaco guarro se despertó y le dijo que esos gritos no funcionaban. Así que le tiraba calcetines o algo así para que parara.
Muy fuerte esta peña, que o no saben lo que es un puto pijama o no quieren saberlo, porque tanto el polaco guarro como el irlandés dormían con la ropa puesta. Pero con cinturón incluido y toda la pesca! Y al día siguiente con la misma ropa y todo...

Por último había siempre banbando un alemán (bastante mayor y un rato feo la verdad) que no paraba de tirarle la caña a Bea. Si estábamos en la cocina él aparecía. Si íbamos a los ordenadores allí estaba... en todas partes! Le encantó la palabra ‘coñazo’ cuando se la enseñé.

Cada día que pasábamos en el albergue nos parecía más deprimente. La leche la comprábamos y al día siguiente estaba abierta. La cocina llena de mierda, la mesa sucia, el wc inundado... queríamos irnos YA. Además teníamos las maletas y era un coñazo abrirlas cada vez que queríamos algo. Y coger el portátil... uf... teníamos que abrir mi maleta, con contraseña y 3 pestillos...

Hemos salido un par de noches. El sábado hicimos botellón y fuimos a un pub que estaba justo enfrente del albergue (algo bueno tenía que haber).
El segundo estuvimos bebiendo en la cocina del albergue Bea y yo con el tal Sergio este que ya conocían. También estaban el polaco limpio, el alemán y dos australianos hiper majos. Fuimos a un pub que estaba al lado del albergue también, Opium se llamaba. Pero sólo Bea, Sergio, un húngaro que se apuntó a última hora y yo. El lugar en cuestión fue bastante cómico. Un camarero albino, otro (el hermano) rapao, sin cejas y todo el cuerpo tatuado, hasta la cabeza. Lo mejor de todo fue el piso de arriba. Había un karaoke, pero lo curioso es que el pub era de música punk y heavy. Osea que los que subían a cantar eran melenudos y cosas así. Hubo un tipet que subió con sus melenorras hasta la cintura, bastante gordote, y apoyando una pierna empezó a cantar y a rodar la cabeza con el pelo al viento. Todo un show.

Por lo que respecta al curro y al piso, empezamos a buscar el segundo día de llegar. Ese día llamamos a bastantes pisos y fuimos a ver uno que estaba justo en el centro, pero bastante deprimente. Una habitación era el comedor y otra de ellas tenía una bici... cosas muy raras... al día siguiente fuimos a ver uno que nos costaba 650 libras, que es en el que ya estamos. 3 habitaciones, 1 baño y cocina-comedor. Hay una habitación hiper pequeña que es la que le ha tocado desgraciadamente a la autora que está escribiendo en cuestión. Las otras son podridamente grandes.

El curro ya está más chungo. Hemos dado CV en todos los sitios posibles: hoteles, bares, restaurantes, cafeterías, supermercados, papelerías, bingos... todo lo imaginable. A lo desesperada (último recurso puti). Hemos rellenado millones de Applications forms, que para quién no sepa lo que es, es rellenar lo mismo que tienes en el CV y además añadir que estás bien de salud, que no has cometido ningún crimen, en qué grupo étnico te incluyes (white scotish, white, black, turkish...) etc.

Hará un par de días fuimos a una ETT y entregamos el CV. Nada más salir dije que no nos llamarían ni de coña. Al día siguiente nos llamaron y tuvimos curro en un día. Estuvimos de camareras...y ya seguiré otro día que I cant more!!!

Frases más dichas de Bea:
- no vamos a encontrar trabajo
- no vamos a encontrar piso

Frases más dichas mías:
- pava
- ¿qué?
- puta maleta
- puto hostal

Laura se queja poco, la verdad.

Un saludo a todos los que hayan terminado de leer esto jaja.

Una libreta roja

Dada la alta demanda de e-mails amenazantes, inauguro aqui (en una cafeteria que me acaban de pedir el DNI por pedir un chocolate caliente) y ahora (las 18h02, hora escocesa) el nuevo blog de paridas, hazañas y demas tonterias realizadas en Edimburgo.

Un saludo a todos, coleguis,

Paula

PD. Siento el tema de los acentos, pero es complicado.