martes, 17 de febrero de 2009

Estamos vivas

Nuestro primer día empezó a las 9h de la mañana. Tras despedirnos de nuestros respectivos familiares en la estación (algunos con más lágrimas en los ojos que otros), pillamos el tren para Alicante. Una vez allí, vamos a la supuesta parada del bus que nos llevará al aeropuerto. Justo en ese momento me di cuenta que mi madre y yo cometimos un terrible error: coger una bolsa de mano sin ruedas. La bolsa en cuestión es de color beige, para que os hagáis una idea. No es ni muy grande ni muy pequeña y tiene dos asas. Peso máximo: 10 kg (portátil incluido). Bien, a partir de este momento la llamaré la puta bolsa infernal, para acostumbraros. Sumemos a este incómodo peso una maleta de ruedas de 15 kg y una super chaqueta invernal a lo esquimal.
Laura y Bea van como unos 20 metros delante mía. Con sus asquerosamente cómodas bolsas de mano con ruedecitas.

En el aeropuerto alicantino dijimos de facturar cuanto antes así poder comer algo con tranquilidad.
RYANAIR. EDINBURGH. Este era nuestro check in.

Primera en facturar: yo
Peso:
15 kg maleta para facturar
10 kg la puta bolsa infernal (de mano)
1 mochilita
La tipeta me dice que la puta bolsa infernal parece que supera las medidas máximas para ello: 55x40x20. Mal rollo. Empieza nuestra odisea.

Segunda en facturar: Bea
Peso:
16 kg maleta para facturar
10 kg bolsa de mano
1 bolso

Última en facturar: Laura
Peso:
13 kg maleta para facturar (común para las 3)
10 kg bolsa de mano

Laura ha sido la última en facturar porque se había tenido que meter en la bolsa de mano su bolso, porque sólo podíamos llevar un bulto al avión. bea y yo pasamos. Pero para que a Laura le cupiera dentro, quitó 5 sudaderas y se las ató en la cintura. ¡cinco!
Dado que había sobrado espacio en la maleta común, nos las tuvimos que ingeniar para poder meter algunas cosas mías en esa maleta. Quité la funda del portátil y la puse en la maleta. El portátil en la bolsa de Bea. Arreglado. Un par de cosas más de Laura sin importancia (es decir, peso) y listo.
Vuelve a poner la maleta para facturar y pone: 17 kg.

NOTA: Aquellos que tengan portátil sabrán que una funda vacía no puede pesar más de 1 kg. De hecho no llega a esa cifra, por lo tanto era imposible que hubieran subido 4 kg por las paridas que pusimos.
No os voy a entrar en detalles y aburrir de los numerosos intercambios que realizamos entre todas las bolsas para que funcionara aquel plan. La cuestión es que estuvimos tres cuartos de hora con las chaquetas invernales por el suelo, sudadas y desperdigando trastos nuestros por el aeropuerto (pasaporte y cartera de Laura incluido).

Mientras transcurría todo esto, una chica se nos acercó y nos preguntó si había movida con las maletas y tal. Afirmativo. Ella nos dijo que había pagado 75 € por los kilos que excedían. ¡Qué maja! –pensé-

Además, los simpáticos de Ryanair tienen una especie de caja junto al check in con las supuestas medidas exactas para la bolsa de mano. Así que cada cosa que quitábamos y poníamos, teníamos que meter la bolsa de mano en la caja en cuestión. No sé cómo lo conseguimos, pero lo conseguimos. Forzamos al máximo las sudaderas en las cinturas y más aún las bolsas dentro de esas cajas. Cuando por fin entraron, nos piramos. Faltaban 20 minutos para embarcar. Un bocadillo a lo furcia y a la cola.
La cola fue eterna. Porque nos enteramos de que iban poniendo bolsa por bolsa en la cajita esa de los cojones. Yo no podía estar más de mala ostia, pero por suerte cuando llegamos nosotras no ponían las bolsas ya.
En el avión pusimos las bolsas lo más rápido posible en el maletero para que no nos dijeran nada las azafatas. Más agobio imposible, la gente sudada, asquerosa y gente tosiendo, entre otros.

Cuando llegamos a Edimburgo, como nos parecía poco todo lo anteriormente mencionado, decidimos andar unos cuantos kilómetros de más antes de llegar al albergue. Cuestas arriba, cuestas abajo, calle a la derecha, calle a la izquierda... ¡es por aquí!. ¡no, no, por aquí! Os recuerdo que llevo la puta bolsa infernal que se iba cayendo cada 5x3. Finalmente, al cabo de 1 hora encontramos el albergue. Pero no todo acaba ahí.
El tipet nos dio la llave. House 4. Door 1. Room 3. Yes, yes yes... le dije yo. En plan... venga quiero entrar ya! (mucho caso le hice, tanto que me entré a la sala de ordenadores de al lado). Vamos a la casa 4. joder... la habitación 3 no la encontramos, abajo sólo está la 1 y 2...y con nuestra llave no podemos abrir. Bea sube casi 2 pisos y dice que está arriba. Puerta 3. jodeeeer! Subir 2 pisos con estas maletas, ¿pero esto qué es?
Subimos todas las maletas. Intentamos abrir y no podemos. En realidad nos damos cuenta que tiene que poner puerta 1... ¡así que a volver a bajar! ¿qué broma es esta? Pensé yo. Por lo visto, entre otras cosas, Gran Bretaña abre algunas puertas del revés. Girando la llave hacia la izquierda. Dish.
Nuestra habitación es de 8 personas. Hay 2 españolas (una catalana y una de León) aunque un rato vacilonas, y un polaco que parece que no se haya duchado en 2 semanas (aunque en realidad sí, porque luego me enteré de que les pedía el secador a las españolas.
Lo último que nos apetecía era salir a la calle, pero algo teníamos que cenar. Así que fuimos al Lidel más cercano y pillamos lo básico para desayunar y cenar.

Al día siguiente nuestra leche estaba empezada. Wow! La cocina más asco no puede dar... y para más inri a primera hora de la mañana en la cocina hay un irlandés durmiendo. Pero no acostado en el suelo ni nada, no. Apoyada la cabeza en la mesa, pero sólo la cabeza, las manos en las piernas. Fue bastante cómico. Aunque al cabo de unos días nos dimos cuenta de que era un auténtico alcohólico. Bebía todos los días, a todas horas. Sólo dormía cuando tenía resaca o estaba borracho y el resto se pasaba bebiendo.

Había otro polaco que era muy tranquilo y bastante majo. Aparentemente más limpio.

Otro personajillo del albergue que vino más tarde fue Shean, otro irlandés. Este no era tan alcohólico ni tan pavo, pero roncaba como un puto cerdo. Ya nos advirtió de que roncaba, pero joder, ¿tanto? La primera noche que durmió con Bea y conmigo (Laura no estaba esa noche) habían 4 chinos más y el polaco limpio. Empezó a roncar a saco, a niveles auditivos impensables. A las 6h de la mañana Bea y yo flipando. Yo empiezo a hacer el típico sonido de llamamiento cabril para que pare (que con mi abuela funciona) pero él ni se inmuta. Qué coño, si no se oye a él mismo ¿qué va a oir mi sonido cabril? Me levanté y le moví con la pierna para que se despertara, pero no funcionaba nada. El chino que dormía encima suyo no paraba de pegar puñetazos a la cama. Flipante. Pero no se quejaban los cabrones, qué clase tenían. Bea y yo no parábamos de reirnos y de quejarnos. Ella la cabrona se puso música. Yo quería dormir. A las 7h me volví a despertar. Hice lo mismo que antes y nada. Voy hasta el wc y todo. Me vuelvo a dormir no sé cómo coño y a las 8h otra vez. Me despierto de una mala ostia increíble y casi lanzo la sábana a tomar viento. Voy hacia él y le pego patadas al hombre. Le digo: you are making noise all the fucking night! Y oigo un ligero y tímido: sorry... me sentí mal, pero después. El tipet paró de roncar momentáneamente y dormimos de nuevo. Un show.

Mejor fue la noche que estuvo Laura. Le advertimos de los ronquidos exageradamente. Esa noche, se despertó y dijo: va! ¿cómo puede roncar tanto? Y decía: eh you!! Youuu!! Stop!! Go to sleep to the kitchen!
El polaco guarro se despertó y le dijo que esos gritos no funcionaban. Así que le tiraba calcetines o algo así para que parara.
Muy fuerte esta peña, que o no saben lo que es un puto pijama o no quieren saberlo, porque tanto el polaco guarro como el irlandés dormían con la ropa puesta. Pero con cinturón incluido y toda la pesca! Y al día siguiente con la misma ropa y todo...

Por último había siempre banbando un alemán (bastante mayor y un rato feo la verdad) que no paraba de tirarle la caña a Bea. Si estábamos en la cocina él aparecía. Si íbamos a los ordenadores allí estaba... en todas partes! Le encantó la palabra ‘coñazo’ cuando se la enseñé.

Cada día que pasábamos en el albergue nos parecía más deprimente. La leche la comprábamos y al día siguiente estaba abierta. La cocina llena de mierda, la mesa sucia, el wc inundado... queríamos irnos YA. Además teníamos las maletas y era un coñazo abrirlas cada vez que queríamos algo. Y coger el portátil... uf... teníamos que abrir mi maleta, con contraseña y 3 pestillos...

Hemos salido un par de noches. El sábado hicimos botellón y fuimos a un pub que estaba justo enfrente del albergue (algo bueno tenía que haber).
El segundo estuvimos bebiendo en la cocina del albergue Bea y yo con el tal Sergio este que ya conocían. También estaban el polaco limpio, el alemán y dos australianos hiper majos. Fuimos a un pub que estaba al lado del albergue también, Opium se llamaba. Pero sólo Bea, Sergio, un húngaro que se apuntó a última hora y yo. El lugar en cuestión fue bastante cómico. Un camarero albino, otro (el hermano) rapao, sin cejas y todo el cuerpo tatuado, hasta la cabeza. Lo mejor de todo fue el piso de arriba. Había un karaoke, pero lo curioso es que el pub era de música punk y heavy. Osea que los que subían a cantar eran melenudos y cosas así. Hubo un tipet que subió con sus melenorras hasta la cintura, bastante gordote, y apoyando una pierna empezó a cantar y a rodar la cabeza con el pelo al viento. Todo un show.

Por lo que respecta al curro y al piso, empezamos a buscar el segundo día de llegar. Ese día llamamos a bastantes pisos y fuimos a ver uno que estaba justo en el centro, pero bastante deprimente. Una habitación era el comedor y otra de ellas tenía una bici... cosas muy raras... al día siguiente fuimos a ver uno que nos costaba 650 libras, que es en el que ya estamos. 3 habitaciones, 1 baño y cocina-comedor. Hay una habitación hiper pequeña que es la que le ha tocado desgraciadamente a la autora que está escribiendo en cuestión. Las otras son podridamente grandes.

El curro ya está más chungo. Hemos dado CV en todos los sitios posibles: hoteles, bares, restaurantes, cafeterías, supermercados, papelerías, bingos... todo lo imaginable. A lo desesperada (último recurso puti). Hemos rellenado millones de Applications forms, que para quién no sepa lo que es, es rellenar lo mismo que tienes en el CV y además añadir que estás bien de salud, que no has cometido ningún crimen, en qué grupo étnico te incluyes (white scotish, white, black, turkish...) etc.

Hará un par de días fuimos a una ETT y entregamos el CV. Nada más salir dije que no nos llamarían ni de coña. Al día siguiente nos llamaron y tuvimos curro en un día. Estuvimos de camareras...y ya seguiré otro día que I cant more!!!

Frases más dichas de Bea:
- no vamos a encontrar trabajo
- no vamos a encontrar piso

Frases más dichas mías:
- pava
- ¿qué?
- puta maleta
- puto hostal

Laura se queja poco, la verdad.

Un saludo a todos los que hayan terminado de leer esto jaja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario